viernes, 25 de febrero de 2011

Cuando él alzó la cabeza, tuvo la suerte de ver la cola de una estrella fugaz que pasaba sobre sus cabezas. Al volver a fijar la vista en ella, supo por su expresión que también la había vi

sto.
- ¿Qué le has pedito? - prgunto ella, con una voz suave como un susurro. Pero él no pudo contestar. En vez de eso, alzó la mano y deslizó la otra alrededor de su cintura. La miró a los ojos con la certeza de que se estaba enamorando. La atrajo hacia sí y la beso bajo el manto de estrellas, y se sintió afortunado por haberla encontrado.

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